Cunnilinigus … Lustra la perla
«Escucha lo que voy a decirte, Karim Al-Haachach: si los higos de las mujeres tuviesen el mismo sabor que los higos que dan las higueras de Egipto, ellas serían felices por comidas y nosotros dichosos por glotones. (…)»
El sabor, Felipe Benítez Reyes
Sin duda, las mujeres seríamos muy muy felices, Karim Al-Haachach si los hombres fueran glotones, de hecho, creo que no nos importaría poder decretar como la emperatriz china Wu Zetian que los embajadores de otras tierras nos rindan pleitesía mediante un cunnilingus. Pero nuestro sexo no sabe a higo de higuera al igual que el vuestro no sabe a miel y, por desgracia, no somos emperatrices que puedan dictar decretos tan interesantes.
Me viene a la cabeza ahora la escena de la película La cosa más dulce en la que Cameron Díaz sueña que está en la cama de un hotel mientras un hombre le practica un cunnilingus brutal:
–Dios mío, lo haces de maravilla.
-Si no te importa me gustaría hacértelo cada hora durante el resto de nuestra vida, y no tienes por qué devolvérmelo, a los hombres no nos gusta el sexo oral; es un rumor idiota que se inició en los años 50.
En ese momento llaman a la puerta de la habitación y llega el botones del servicio de habitaciones con toneladas de helado sin calorías. Ella empieza a comer y… él también, no quiere esperar una hora más.
Y aquel capítulo de Sexo en Nueva York cuando Charlotte se liga a un hombre conocido por su obsesión de practicar cunnilingus sin parar a su amante de turno; no quería hablar, no quería una felación, por no querer no quería ni follar: sólo comer y comer y comer. La primera noche ella tuvo, si no recuerdo mal, ocho orgasmos seguidos…. para hacerle la ola al chaval.
Es sabido que a los hombres les encanta que les hagan una felación, pero no es menos cierto que a las mujeres les chifla que les hagan un buen cunnilingus. De hecho, la fantasía más recurrente en ambos sexos es la del sexo oral. Pero parece que los hombres son mucho más egoístas que las mujeres ya que practican menos sexo oral que nosotras: chicos malos, recordad la máxima latina Quid pro quo y bajad a “lustrar la perla”.
Disfruta de un buen cunnilingus
A nivel psicológico, abandonarse a un cunnilingus puede resultar más vergonzoso que dejarse penetrar; ella expone la parte más íntima de su cuerpo a la mirada y caricias de su amante sintiendo una mezcla de excitación e indefensión así como de vergüenza extrema motivada esta última por todas las barreras culturales que, en algunos casos, las mujeres tenemos que vencer. Por un lado, porque el cunnilingus estuvo muy mal visto durante siglos y el estigma cultural pesa; por otro por el sentimiento de culpa que genera el disfrutar una práctica sexual sólo por placer, sin la menor posibilidad de procrear; y finalmente, por el remordimiento al abandonarse a un disfrute “egoísta” en el que el otro da y la mujer, simplemente, recibe.
Las dos primeras barreras deberían estar superadas a estas alturas y en cuanto a la tercera, señoritas, no se sientan culpables: a los hombres les encantan las mamadas y no parecen sentirse especialmente culpables cuando las disfrutan con los ojos cerrados. Además, afortunadamente, hay hombres que no buscan una inmediata correspondencia sino que disfrutan dando placer mientras observan la cara de éxtasis que pone su amante, escuchan los gemidos que provocan y sienten los espasmos y saborean el orgasmo en su boca.
Otra barrera importante es el temor a que el olor o el sabor sean desagradables. Obviamente es necesaria una higiene íntima esencial aunque no es necesario usar los desodorantes vaginales que no sólo eliminan el aroma natural de cada mujer, sino que además pueden resultar desagradables al gusto y afectar a la flora íntima de la vagina. Tampoco hay que echarse polvos de talco perfumados como antiguamente cuando se hacía ver a las mujeres que un sexo lubricado podía resultar desagradable.
Una mujer huele y sabe como una mujer al igual que un hombre huele y sabe como un hombre, (aunque hay modos de mejorar el sabor, como explico en otro artículo) y puede resultar muy excitante para tu pareja olerte, como puede ser para ti a la inversa. Pero como es una barrera muy fuerte que acompleja a las mujeres, no estaría de más que el amante la tranquilice mientras la acaricia diciéndole lo que le gusta su olor, textura y sabor. A veces las palabras abren más puertas de castillo que los arietes.
Hay geles lubricantes con sabores con los que puedes jugar, así como untar con mermelada, nata o bebidas, pero ten cuidado: la flora de la vagina es muy delicada: no os entusiasméis demasiado.
Es necesario que uséis protección; desgraciadamente, hay enfermedades que se contraen practicando sexo oral: el sida, el virus del papiloma humano, el herpes genital, la Hepatitis B, la Sífilis, la gonorrea, la Clamidia y el Linfogranuloma venéreo, entre otros. Para evitarlas es imprescindible que uséis protección adecuada como los parches vaginales.
Cómo practicar un cunnilingus
Lo más importante para practicar un buen cunnilingus es querer hacerlo. Si uno desea que la mujer enloquezca de placer debe, simplemente, estar atento a sus gestos, sus movimientos, sus gemidos, si se retuerce más ante una caricia que otra, si su mano y cuerpo guían la cabeza del hombre… De todos modos, en caso de duda, pregunta: cada mujer es un mundo y nadie nace con todas las lecciones aprendidas.
Hay una serie de técnicas que suelen asegurar el placer de la mujer. En el calor de un encuentro amoroso tirarla sobre la cama, arrancarle la ropa interior y empezar a comer con ansia puede hacer que se le vaya la pinza: si te apetece y ves que ella responde, adelante. Aunque, en general, la suavidad es la clave, sobre todo porque el clítoris se hipersensibiliza con mucha facilidad y lo placentero puede convertirse en doloroso.
Juega un poco con su cuerpo antes de empezar con su vulva: acaricia y araña su ombligo, la zona que hay justo debajo (y que corresponde con el chakra de la sexualidad femenina), las ingles, los muslos… Si está totalmente depilada lame la suave piel del pubis; si no, tira suavemente del vello: es una zona con muchas terminaciones nerviosas y le encantará. Acerca tu boca y acaricia con tu aliento.
La barba de tres días hace daño ya que irritará mucho la zona, pero si tienes una barba o perilla suave, frótala con suavidad sobre su vulva: le resultará muy excitante. Mordisquea y chupa sus labios externos, están repletos de terminaciones nerviosas y le darán mucho placer.
Estimular el clítoris
No hay una mujer que no tenga un orgasmo si se le estimula el clítoris convenientemente, ya que es muy sensible pero, por desgracia, ese es también su mayor defecto ya que la sobreestimulación puede provocar el efecto contrario. La mejor manera de estimularlo es lamiendo suavemente en toda su superficie, no sólo en la punta o cabeza, y alternarlo con succión como si estuvierais mamando ya que como os comenté en otra entrada, lo que veis es solo la punta de un iceberg que aguarda debajo.
Durante las caricias el clítoris se endurece (como una erección) y la punta queda al descubierto por lo que estará muy sensible. Es necesario mantenerla siempre lubricada (ya que si no, dolería como duele a un hombre una felación o masturbación sin lubricar bien). El exceso de lubricación no es positivo ya puede hacer que pierda sensibilidad: intenta mantener una lubricación intermedia.
La manera de lamer es la misma que la de masturbarlo: de izquierda a derecha lo hacen vibrar y estremecerse; de arriba a abajo lo descubren y hacen muy sensible (en este caso, hazlo con cuidado); en círculos alrededor de la cabeza sin tocarla es enloquecedor, ya que hay muchas terminaciones nerviosas en esa zona. Hazlo lento unas veces y rápido otras: alternando los movimientos y el ritmo el placer estará garantizado.
Ten cuidado, algunos recomiendan soplar suavemente en el interior de la vagina pero puedes lastimar el útero así que yo no me arriesgaría.
No te centres sólo en el clítoris: recorre el espacio hasta la vagina y, si te apetece, el ano. Mientras practicas el cunnilingus, acaricia otras partes de su cuerpo para aumentar su placer: aprieta sus pezones, acaricia y araña la piel de su vientre y sus glúteos… al igual que alternas las caricias con la lengua y la succión, muerde suavemente sus labios, su clítoris, sus muslos, su vientre, y regresa. Si quieres que tenga un orgasmo muy fuerte o varios seguidos, prueba a introducir los dedos en la vagina para tocar el punto G mientras mamas todo el clítoris. Si su vientre comienza a tener espasmos incontrolados no pares hasta que llegue al orgasmo: será muy intenso.
Posturas para practicar un cunnilingus
La posición estrella es el 69. Algunos aseguran que al practicarlo uno de los dos está en desventaja y puede desconcentrarse, pero creo que no tiene por qué: si le estás dando un placer intenso a tu pareja puede perder todas sus inhibiciones, traumas y barreras y hacerte el sexo oral de tu vida. Si no quieres un 69 completo, practica el medio 69: los dos de lado en la cama, tú le practicas sexo oral mientras ella te masturba.
La postura más común es ella tumbada y él arrodillado o tumbado entre sus piernas, pero puede resultar cansada; puedes facilitárselo colocándote bajo la pelvis una montaña de cojines.
Una de las mejores posiciones es ella tumbada o sentada con la cadera al borde de la cama (o sillón) y él arrodillado o sentado sobre cojines: le resultará más cómoda y ella tendrá el sexo a la altura idónea (sobre todo si coloca algún cojín bajo su culo)
The moustache ride o “cabalgada de bigote” era un eufemismo usado por los cowboys texanos en el siglo XIX (dios bendiga a los yanquis) para describir la siguiente postura: él está tumbado boca arriba en la cama con una almohada bajo la cabeza, ella se sienta a horcajadas sobre su cara, con una rodilla a cada lado de sus hombros, y le cabalga la boca.
No todo es el dormitorio, por supuesto, puedes practicarle sexo oral en cualquier lugar de la casa, de hecho algunos son muy adecuados porque su sexo quedará a la altura de tu boca y resultará más cómodo para ti: sentada en una mesa y tú en una silla o taburete, en la encimera de la cocina, en la parte alta del sillón o ella de pie y tú sentado en el suelo o arrodillado sobre cojines… resumiendo: donde te entre el hambre.
My Way – Robbie Williams
4 comentarios
Yo te la lustro encantado PALOMITA, y después me pones nota.
LUSTRA LA PERLA. Cojonudo. A ver si tomais nota chicos y nos la lustrais bien, que no teneis ni idea.
Chulísima la versión de Robbie y es cierto, yo ya me conformaría con 7 minutos de lustre. JAJAJAJAJ. Sería perfecto, pero va a ser que no. Buaaaaaa.
Hay que reconocer que somos unos vagucios de cuidado. Ellas son más generosas
Sera la sensibilidad de la mujer la paz o la guerra del hombre?
Vive a la mujer.