Técnicas para ser un hombre multiorgásmico II
Cómo canalizar la energía
Para entender los principios en los que se apoyan algunas técnicas, explicaremos brevemente el concepto del Chi.
El taoísmo es un sistema filosófico y religioso chino basado en el Tao Te King del filósofo chino Lao Tsé. La base de sus enseñanzas es el concepto de unidad absoluta y al mismo tiempo mutable denominado Tao. El Tao es la realidad suprema y principio de todas las cosas.
Hay tres fuerzas: una pasiva o negativa (Yin), una activa o positiva (Yang) y una conciliadora (Tao). El Yin y el Yang se oponen y complementan entre sí, no pueden existir el uno sin el otro, hay parte de uno en el otro, y mutan convirtiéndose en el otro. El Tao es la fuerza superior que contiene a ambas.
La medicina tradicional china se basa en el concepto de Chi (o energía vital) que existe en todo el universo incluyendo, por lo tanto, a cada persona. El Chi regula el equilibrio espiritual, emocional, mental y físico y está afectado por las fuerzas opuestas del Yin y el Yang. Cuando hay un desequilibro en el flujo del Chi y se altera el equilibrio entre el Yin y el Yang, el cuerpo enferma.
Somos energía
Este concepto de energía Chi no es único de la cultura china, según los doctores John Mann y Larry Short hay cuarenta y nueve culturas de todo el mundo que cuentan con una palabra para designar el Chi: prana en sánscrito, neyatoneyah en sioux lakota, o num, que significa punto de ebullición, utilizada por tribus del Kalahari. La cultura occidental, sin embargo, tiende a ignorar la energía del ser humano a pesar de que la materia de la que estamos conformados sea energía y ésta se vea afectada por la del exterior.
La materia que forma nuestro cuerpo es energía; y, a su vez, el cuerpo está lleno de energía y cargas eléctricas. Según K.C. Cole: «La electricidad es la más elusiva de las cosas cotidianas: habita en las paredes de nuestras casas y regula la vida de nuestras células… hace funcionar los trenes eléctricos y los cerebros humanos… Todo tu cuerpo es una gigantesca máquina eléctrica: la química corporal (como toda química) está basada en los enlaces eléctricos».
Poco a poco, el concepto del Chi ha logrado reconocimiento entre el hermético mundo de la medicina occidental; terapias como la acupuntura se aplican como alternativas en algunos hospitales y los investigadores intentan comprenderlo de un modo racional con estudios científicos rigurosos. Como Robert Becker, ortopeda de la Universidad de Siracusa y autor de The body electric, que intenta explicar el Chi a partir de sus investigaciones sobre la circulación bioeléctrica y la curación. Sus investigaciones sobre la electricidad y el papel que juega en la regeneración de los huesos han dado lugar al empleo habitual de corrientes eléctricas de baja intensidad para acelerar la soldadura de fracturas óseas.
La órbita microcósmica
La medicina china considera que nuestro cuerpo también está formado por una energía física que circula por cada una de sus células. Esa energía bioeléctrica viaja por todo el cuerpo siguiendo ciertos circuitos llamados meridianos.
Como explicaremos en las técnicas sobre sexo tántrico, si hay un bloqueo en uno de esos canales, una parte de nuestro cuerpo no recibirá la energía necesaria y acabará enfermando; lo mismo pasará si canalizamos mal y una parte recibe un exceso de energía.
Para entenderlo mejor: imagina que tu cuerpo es una planta y la energía, savia; si anudas un hilo alrededor de un tallo, éste no recibirá el nutriente y se secará. La medicina china es, ante todo, preventiva, puesto que intenta evitar que se formen esos bloqueos aunque cuando se forman, aplica terapias como la acupuntura para eliminarlos.
El principal circuito de nuestro cuerpo se llama órbita microcósmica y está formado por dos canales, el anterior o gobernante y el posterior o funcional. El canal posterior comienza en el perineo, asciende por la columna vertebral desde el coxis hasta la coronilla y desciende por la frente hasta terminar en una pequeña hendidura que se encuentra entre la base de la nariz y el labio superior. El canal anterior comienza en la punta de la lengua y desciende hacia el pubis y el perineo. Los chinos también lo denominan el canal de la concepción porque cuando una mujer está embarazada se oscurece formando una línea que los médicos occidentales llaman línea negra.
La manera de cerrar el circuito u órbita microcósmica, es colocando la lengua en el paladar; algo que deberás hacer cuando practiques la respiración con el abdomen.
Dirigir la energía
La energía sexual, o ching-chi en chino, es uno de los tipos de energía bioeléctrica más fuertes y poderosos. En Occidente lo llamamos excitación, los taoístas lo llaman generar energía sexual. Cuando nos excitamos, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios beneficiosos en nuestro organismo como, por ejemplo, segregar testosterona; pero a diferencia de los orientales, en occidente cuando un hombre siente esa excitación busca liberarla eyaculando. Los practicantes del taoísmo la canalizan para nutrir el organismo y revitalizarlo.
Algunos pensarán que es fácil decirlo porque cuando la excitación sexual es muy fuerte, lo que la sustituye es un potente dolor de huevos que sólo se alivia con la eyaculación. No tiene por qué, el kung fu sexual enseña a controlar esa energía y desplazarla de los genitales a otras zonas con técnicas de meditación, masajes y ejercicios físicos como los que permiten controlar y fortalecer el músculo pubococcígeo.
¿Y cómo controlo la energía y la desplazo por el cuerpo? Con tu cerebro. «La imaginación lo es todo. Es una visión preliminar de lo que ocurrirá en tu vida», dijo Einstein. No es, en realidad, una reflexión original; Einstein reflejó una idea básica en el Budismo: la energía sigue al pensamiento; todo se forja en el cerebro. Según el taoísmo «La mente se mueve y el Chi la sigue», es decir,si centras tu mente en un punto concreto de tu organismo, la energía se concentrará en él.
Los estudios científicos sobre biorretroalimentación han confirmado que el hecho de centrar la atención en un área de nuestro cuerpo puede producir un incremento de la actividad en los nervios y músculos de esa zona. Por lo tanto, para concentrar la energía en una zona de tu cuerpo o para desplazarla correctamente por los canales, deberás concentrarte, llevar la atención. No estamos hablando de forzar, sino de ser consciente del fluir. Cuanto mayor sea la concentración, tanto mayor será el movimiento del Chi. A medida que vayas adquiriendo práctica con los ejercicios, advertirás que te resultará más sencillo sentir la energía y canalizarla correctamente.
Conocer las fases de tu excitación
La esencia del kung fu sexual y el secreto de la sexualidad masculina es saber cuándo controlar tu sexualidad y cuándo dejarte ir. Para controlar la excitación y mantenerse cerca del punto de no retorno pero sin caer en él, debes conocer, en primer lugar, las fases que atraviesa cualquier excitación y en segundo, familiarizarte con la tuya.
Como explicamos con detenimiento en La Excitación sexual del hombre: su cerebro está sobre los hombros, tras analizar más de 10.000 ciclos sexuales, William Masters y Virginia Johnson, realizaron la siguiente clasificación del proceso que sigue la excitación sexual: Excitación-Meseta-Orgasmo-Resolución a la que H.S. Kaplan añadió una fase previa: el Deseo.
Para los taoístas también hay cuatro estadios o etapas de la erección, cuatro logros o realizaciones, como ellos les llaman: Firmeza- Dilatación-Dureza-Calor.
El instructor del Tao Sanador Walter Beckley los describió de la siguiente forma: «En el primer estadio el pene empieza a moverse y se pone erecto. En el segundo, está firme pero no duro, no lo suficientemente duro como para penetrar (a menos que se utilice la técnica de Entrada Suave). En el tercer estadio, el pene está erecto y duro. En el cuarto está tenso y muy caliente. Es en este cuarto estadio cuando los testículos son atraídos hacia el cuerpo. Es mucho más fácil evitar la eyaculación si se puede permanecer en el tercer estadio. Elevar la energía sexual nos ayuda a evitar que el pene entre en ese último estadio, en el que está muy tenso y caliente. Otro elemento esencial es la relajación, así como intentar tomar conciencia de cuándo entramos en ese ansioso y explosivo cuarto estadio en el que la eyaculación es inminente».
Debes conocer el ritmo de tu excitación para aprender a controlarla. Cuanto más familiarizado estés con tus fases, más sencillo te resultará mantenerte cerca del punto de no retorno sin traspasarlo.
La respiración es la clave
Al igual que en la práctica de cualquier arte marcial y práctica meditativa, la respiración es esencial. El ritmo y la profundidad de nuestra respiración influyen en nuestra mente y, por lo tanto, en nuestro cuerpo.
La respiración natural debería ser profunda, llevando el aire al estómago (respiración abdominal) tal y como respiran los bebés, pero el ritmo de vida estresante que llevamos ha influido en nuestra manera de respirar y la ansiedad acorta la respiración; por eso, tendemos a respirar con la parte superior del pecho, sin llevar el aire hasta el centro del vientre.
La respiración profunda nos permite controlar el cuerpo y la mente, y produce cambios a nivel físico y psicológico. Al igual que un estado de agitación acelera la respiración de manera inconsciente, una respiración profunda causa el efecto contrario, relajando el cuerpo. Cuando aprendas a respirar con el abdomen serás capaz de controlar la respiración cuando sientas que te acercas a la eyaculación, evitando ésta. Asimismo, aprenderás a utilizar la respiración para expandir la sensación de orgasmo a todo el cuerpo, extendiendo la energía que se queda concentrada en los genitales y aliviando, de este modo, la congestión en los testículos.
Con el siguiente ejercicio aprenderás a respirar con el abdomen. Al principio deberás ser consciente de la respiración, pero con el tiempo se convertirá en algo natural y fluirá sola
Respiración abdominal
1. Siéntate en una silla con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo, separados a la misma distancia que los hombros.
2. Pon las palmas de las manos sobre el ombligo.
3. Cierra los ojos y relaja la espalda y los hombros.
4. Inspira por la nariz y siente cómo se expande el ombligo y la parte baja del vientre.
5. Espira con fuerza por la nariz y siente cómo tu vientre se vacía de aire, como si tirases de tu ombligo hacia la columna. Siente también cómo tu pene y tus testículos se elevan.
6. Repite el ciclo de respiración de dieciocho a treinta y seis veces.
En la próxima entrega, ejercicios para controlar la eyaculación.
Para enamorarte de mí – David Bisbal
2 comentarios
Desde luego es una técnica 10, …. si se logra !!
Madre mia. Yo lo voy a intentar aunque lo veo complicadisimo