Una palabra vibra con fuerza de unos años a esta parte, sobre todo en Internet: Escort. ¿Qué es?, se pregunta la gente. Algunos contestan: «Una “acompañante remunerada”. Una mujer (aunque cada vez hay más hombres) a la que pagan cantidades millonarias por ir a fiestas colgada del brazo de un atractivo multimillonario. Sólo tiene que sonreír mucho, hacer sentir al cliente que es un tipo especial y aceptar regalos de tres ceros». Suena bien. No es de extrañar que se disparen las ventas de manuales sobre cómo ser una buena escort y que los artículos en los que explican cómo serlo consigan miles de visitas.
Todo suena mejor si se emplea una palabra en inglés o en francés y la descripción se engalana con eufemismos políticamente correctos, ¿verdad? «¿Qué es usted? Un Messenger: Enlace Externo Avanzado en Logística de Documentos». Mensajero, vaya. Una escort es una call girl, una chica de compañía, una trabajadora sexual, una prostituta de lujo, ni más ni menos. No son las nuevas Geishas como afirman algunos, las Geishas no follaban con los clientes: son las nuevas Oiran.
Historia de Svetlana Z
«Llegué a la ciudad de Nueva York desde Chelyabinsk, una ciudad justo en el medio de Rusia, cuando tenía 19 años de edad, con 300 dólares en el bolsillo. Cumplí 24 años en marzo y he logrado ahorrar $ 200.000, follando por dinero.» «Follando por dinero», se puede decir más alto pero no más claro. Así resume Svetlana Z su trayectoria como escort en una entrevista concedida a Medium en la que narra su experiencia y da consejos a las mujeres que quieran ser una escort como ella, es decir, de las que forman parte del exclusivo 1% de las prostitutas de lujo que más dinero ganan en la Gran Manzana. En el mundo de las escort hay clases y jerarquías, como en el de las Oiran, no todas ganan cantidades ingentes de dinero, también las hay que acaban haciendo mamadas a 300 dólares.
Cuando llegó a Brooklyn le pareció un sitio sucio e infecto, carente del glamour de las películas. También lo eran los trabajos de camarera y limpiadora por sueldos miserables. Por eso, cuando le ofrecieron trabajo de masajista con un sueldo alto pensó que quizá había truco. Lo había, claro, eran masajes con eyaculación incluida. La echaron dos meses después por estar haciendo sus propios clientes a espaldas de la empresa y se unió a su compañera de piso dando masajes-con-final-feliz que les permitieron ganar unos 800 dólares al día. Lo tenía claro, «Son los emprendedores quienes se enriquecen», por eso trazó un plan inteligente y meticuloso: trabajaría como escort hasta ahorrar lo suficiente para poder pagarse los estudios.
Reglas para que el negocio funcione
“Soy una mujer de negocios. Hice lo que los políticos de este país animan a los inmigrantes a hacer. Trabajar duro, perseguir las oportunidades, explotar tu talento, y ajustarte y adaptarte a la nueva economía mundial”– afirma Svetlana. Parece fácil, pero no lo es. Miles de personas emprenden negocios todos los días y la mayoría fracasan, el mundo de una prostituta de lujo no es distinto. Tomárselo como un negocio y no como algo personal es la primera regla.
La segunda, hacerlo por tu cuenta. Si trabajas para una agencia, trabajarás más por el mismo dinero puesto que pueden llegar a llevarse un 30%, 50% mínimo y además deberás renunciar a la capacidad de elección. El problema es la seguridad, algo que no parecía preocuparle demasiado ya que considera que los clientes menos exigentes son los más peligrosos, y ella estaba dispuesta a trabajar sólo para los que podían permitirse pagar altas sumas de dinero.
Si quieres ganar mucho dinero, hace falta invertir mucho dinero
Si fue ella la que llegó al 1%, y no otra, fue precisamente por invertir en sí misma. Gastó dinero en publicidad, en fotógrafos profesionales, en promocionar su anuncio en páginas de contactos (hasta unos 4.000 dólares mensuales) y en alquilar un apartamento para ella sola (unos 3.000 dólares en Manhattan).
Crear estereotipos
«Los clientes me conocían como Angelina o Anna. Angelina era “dulce, inteligente, divertida y juguetona … una buscadora de placer que disfruta de la vida muy en serio.” Anna era más tímida, una “acompañante europea que adora los viajes de lujo … a veces apasionada, a veces hilarante, pero siempre inolvidable”» Angelina costaba 800 dólares la hora, 4,000 la noche; Anna, 900 la hora y 5,000 la noche: ambas están dentro del 1% de las escort más caras del mundo.
Según Svetlana, triunfaban porque eran exóticas pero carecían de nacionalidad, algo necesario porque todos tenemos estereotipos formados sobre cada país. Angelina y Anna eran mujeres «bellas y misteriosas, cosmopolitas, pero incapaces de decirte de qué parte del mundo provienen»
El precio que pones es el correcto
Un aspecto positivo del capitalismo es, según Svetlana, que puedes permitirte cobrar lo que quieras, siempre hay alguien dispuesto a pagarlo. Pero para que haya alguien dispuesto a pagarlo, obviamente, debes aportar valor añadido. En un mundo en el que «los chicos pueden joder con estrellas porno por $ 2,000, contratar a adolescentes sumisas por $ 4,000 al mes y disfrutar de vacaciones sexuales en las que por $ 2000 tienes alojamiento, comida y sexo con modelos, debes aportar algo». Ella lo aportó: se lo montó con parejas, usó juguetes sexuales y practicó BDSM. Curiosamente anal no, afirma que los hombres creen que a las mujeres no nos gusta, por eso el precio que pretendía cobrar era prohibCuidar el producto
Ella era el producto así que debía ofrecer lo mejor. Su cuerpo de «largas piernas, ojos color avellana, labios carnosos, cuerpo delgado ha estado recibiendo atenciones desde que entré en la pubertad. Esa es la materia prima. Es mi producto, así que me hice cargo de él. Soy vegetariana y tengo un entrenador personal. Me hago manicuras y pedicuras al menos dos veces por semana, siempre de color rojo, y siempre llevo ropa interior cara y medias a medio muslo.» «Cada vez que tengo una cita con un cliente es una actuación, así que hay que prepararse. Mi rímel cuesta 130 dólares. El tinte de pelo 200; la sombra de ojos 50, un conjunto de lencería bonita, por lo menos 100; los zapatos mínimo 500.»
Tipos de cliente
Svetlana Z los clasifica en distintos tipos: los que pagan por algo de compañía (los más sencillos), los que piensan que están comprando una novia (los más dulces pero los más exigentes), los que creen que te poseen (los más duros) y las parejas. Aunque los que forman parte del tercer tipo son más duros y exigen más, porque para eso lo pagan, los chicos vírgenes le parecían una pesadilla. «Yo tenía un tío, lo único que había hecho era mirar porno y masturbarse hasta que tuvo 25. Por lo tanto, era “hacer esta posición, hacer esa posición, dar la vuelta.” Ni siquiera sabía cómo hablar a una mujer. Me dio tristeza. Pero traté de ser amable.»
Sus clientes favoritos eran las parejas. Cuidaban los detalles. Preparaban aperitivos. Eran tímidos y respetuosos. Querían que pareciera que no era una cita con una prostituta, sino con alguien que realmente quería follar con ellos, por eso hablaban bastante y las sesiones podían llegar a durar tres horas. Además le encantaba darle placer a la mujer, porque durante 30 minutos ésta se olvidaba totalmente de que él existía. Cuando lo recordaba, le hacía una mamada mientras Svetlana Z toqueteaba por aquí y por allá. Poco más. Lo inteligente es no darle placer al hombre para que la mujer no se ponga celosa, afirma.
Cómo tratar al cliente
La regla de Oro: Mejor dos clientes dependientes que 10 ocasionales: «Es la regla del 80-20, la leí en un libro de negocios» ¿Qué hacer para conseguir esos dos dependientes? Según Svetlana Z, seguir unas pautas básicas: Ofrecer comprensión. Incluso con los chicos con los que estaba tres o cuatro horas, el sexo sólo duraba quince minutos. El resto del tiempo necesitan hablar, que les escuchen, que muestren comprensión con sus problemas, que finjan que son especiales. Escuchar no es fácil, advierte, no es sólo asentir a todo como bobas; la comunicación no verbal es básica.
También que no adviertan que estás contando los minutos que quedan para que acabe la hora. Su truco: poner la mano acariciadora en el brazo insinuando que desea follar: no falla. Escuchar sus quejas, pero no contar los problemas personales. «En Rusia tenemos una expresión: “Si tengo hambre y tú estás lleno, no me vas a entender.” Un multimillonario no va entender los problemas de mierda que tengo. Es un mal negocio. A la larga no repetirá. Quiere quejarse una y otra vez, pero no escuchar tus quejas.» Nunca preguntar por la familia del cliente. Puede salir algún recuerdo triste y nadie quiere un cliente triste. Si quieren, sacarán el tema ellos. Suelen hacerlo, a fin de cuentas, el 90% está casado. Resultar entretenida. «A los tíos les gusta follar con mujeres guapas y delgadas, pero también con chicas interesantes». Por eso se inventaba historias divertidas, anécdotas que le habían ocurrido en sitios en los que ni siquiera había estado. Nunca ser borde. Aunque el cliente trate mal porque «una o dos críticas negativas pueden hundir tu negocio».
Halagar. Los hombres desean que les halaguen, especialmente los que se pueden permitir 1000 dólares la hora ya que creen que son “cool” por el hecho de permitírselo. Quieren deslumbrar, tanto con su dinero como con sus dotes de amantes, quieren que la escort se corra varias veces antes que ellos. Así que, por supuesto, ella fingía. No le costaba demasiado, según sus propias palabras «las mentiras más grandes del mundo son las que se dicen las personas a sí mismas». No hacía falta una mentira elaborada. «”Acabo de llegar.” Eso es todo. Nada del otro mundo. No soy tan buena actriz, y no es necesario, de todos modos. “Me he corrido”, ya está. Ellos siempre se lo tragan. Se ponen muy orgullosos.»
¿Cuándo parar?
Svetlana Z acudía a un psicólogo que la ayudó durante los años que ejerció como prostituta de lujo. Le aconsejó parar como el que deja de fumar: del todo y para siempre. Una amiga suya lo dejó y comenzó en una agencia de publicidad cobrando $ 80,000 al año, es decir: lo que se hacía en dos meses como prostituta. Así que se dijo que por qué no hacer un par de trabajos de vez en cuando. Eso hizo, pero «es una ruina». ¿Por qué una ruina si es un mundo tan fantástico y glamuroso? Quizá porque no lo es. Reconoce que no sabe si recomendaría ser prostituta de lujo, hay peligros: clientes violentos, proxenetas que no quieren competencia, enfermedades sexuales, violaciones, palizas. Su psicólogo le dice que tuvo mucha suerte.
Ella piensa que también. «No me arrepiento de lo que he hecho con mi cuerpo, o mi vida. Tuve algunos momentos buenos y algunos no tan buenos momentos. He conocido a algunas personas interesantes y algunos idiotas. He aprendido mucho acerca de lo que los hombres y las mujeres quieren y necesitan». Su vuelta al “mundo real” no es sencillo. Sale con chicos de su edad, no con hombres con la edad de su abuelo. No tiene que «hacer mamadas con una sonrisa». Ni fingir que es alguien que no es… hasta cierto modo: cuando tiene un novio no le hace mamadas ni posturas extrañas, no quiere que note que ella es buena en la cama: «puede echar la relación a perder». Por eso no se relaciona con sus antiguas amigas, «las extraño, pero tengo que sopesar: en un lado, las amistades con las putas; en otro lado, una familia, y mi futuro. Así que tengo que hacer una elección».
Aún así siente que le falta algo: el dinero, el tren de vida alto. Por eso recomienda a las chicas que deseen ser prostitutas de lujo o escorts: «¿Quieres ser alguien que nunca has sido?. Si eres una chica bonita y tienes sueños y vives en una pequeña ciudad en la que los hombres te tratan mejor por eso y crees que puedes aspirar a algo mejor, inténtalo. Te ayudará a obtener pasta, eso seguro. Pero después deberás encontrar tu espacio en el mundo por ti misma.»
“Partition” – Beyoncé
11 comentarios
Excelente post. Refleja la autentica verdad sobre el mundo escort.
Sin embargo noto por los comentarios que las cifras pueden llegar as ser astronómicas, pero nada más lejos de la realidad.
En realidad no hablamos de dinero fácil, sino de dinero rápido. Es una forma de vida como otra cualquiera
Gracias una vez más por compartir!
Saludos
Muy interesante! Desde luego que el dinero no lo es todo…si alguien piensa solo en eso está perdida. Psicologicamente como indica esta chica tiene que ser durísimo.
Muy bueno todo lo expuesto aqui refente a la experiencia,yo soy scort por temporadas,y puedo decir que el que sea dificil dependera de muchos factores,si eres alguien fuerte,con ibjetivos que cumplir para un mekor futuro,si eres capaz de llebarlo bien respecto a los clientes,si eres capaz de saber llebarlo oculto y saber que en cualquier momento puedes dejarlo y queda como una experiencia mas en la vida,tambien trabajar en buenos sitios y buenas condiciones,o como es mi caso por mi cuenta aunque siempre con otra compañera,la parte mala de esto es que lo hagas obligada por ciertas circunstancias ya sea porque no consigues trabajo y dependa de ti familia y demas…en ese caso es malo por donde quiera que lo mires,mas que nada porque entregaras tu cuerpo a desconicidos con los que realmente no quieres estar,otro tema es suele ser el que lo llebes oculto,ovbiamente no vas a contar a todo el mundo a que te dedicas,no puedes gritarlo a los cuatro vientos,es otra parte de esa fortaleza que mencione antes,llebar este tema a escondidas puede ser un suplicio o puede gustar el hecho de dedicarte a esto sin que nadie sepa,a mi desde luego me gusta llebarlo bien a escondidas,da ese sensacion de adrenalina,otro tema a tratar es como te trata el cliente,sus preguntas,como por ejemplo …que hace una chica tan wapa haciendo esto,vaya !!yo nunca juzge a ninguno por el hecho de ser joven y wapo y que tenga que pagar por sexo…en fin ese tambien seria otro tema interesante,pero les digo que la mayoria lo hacemos por ese dinero expres porque nos gusta el sexo y otras tantas cosas,bueno un saludo
No es fácil ser escort, todo cansa, todo aburre te sientes mal, y no negare que el dinero obtenido es muy bueno, puedes ir a una tienda cara y comprar cosas, pero yo creo que si lo usas eficientemente y para tus planes a futuro sí vale.
Que buena elección el video de Beyonce para este artículo. Personalmente conocí a una chica que manejaba unos “sueldos” mareantes trabajando como Scort….claro que la chica tremenda, educada, lista……
Mucha pasta pero mala vida
Pero el resultado final es una vacía y llena de malos rollos.
Impresionante la historia de esta chica e IMPRESIONANTE como esta Beyonce !!
Una historia especial de como llevar sexo como una empresa para conseguir un objetivo,
Y muy bueno el video de Beyonce !
[…] millonarias. No sólo no desaparece, sino que aumenta y se diversifica. Un ejemplo claro es la “nueva profesión de las escort” de la que hablamos el otro […]