En Oriente hay prácticas milenarias que consideran que el sexo es algo que trasciende a los amantes, una experiencia mística que los conecta entre ellos y con todo lo que existe. El encuentro sexual es una celebración, un goce de los sentidos, un fin en sí mismo en el que el orgasmo carece de importancia puesto que las prácticas sexuales son tan intensas que las sensaciones obtenidas superan la experiencia orgásmica con creces.
En Occidente, sin embargo, el sexo se vivió durante siglos como una manera de perpetuar la especie o, con suerte, de obtener una satisfacción sexual rápida. El hombre eyaculaba dejando a la mujer insatisfecha sexualmente y vacía emocionalmente. El “descubrimiento” de otra manera de vivir la sexualidad cuya base era la contención de la eyaculación y el disfrute prolongado del acto sexual, fue fortuito y su finalidad puramente médica: evitar el embarazo.
Método de Continencia masculina
Noyes era un teólogo socialista que se casó en 1838 y mantuvo relaciones sexuales con su esposa utilizando los métodos anticonceptivos de la época. Durante los primeros seis años de matrimonio, su mujer parió cinco veces pero todos fueron partos prematuros y sólo un niño sobrevivió.
Noyes quería evitar un nuevo embarazo, pero ningún método anticonceptivo era fiable 100%. Por ello, decidió no acostarse con su mujer para evitar la concepción y se dedicó a investigar por su cuenta hasta que tuvo una idea “novedosa”, sobre todo si consideramos que es una de las bases del sexo tántrico: es posible tener un orgasmo sin eyacular.
Noyes publicó sus conclusiones en un folleto titulado Continencia Masculina o Dominio de sí Mismo en el Coito. En él afirmaba que los órganos sexuales tienen dos funciones: la pro-creativa que encierra el orgasmo y la eyaculación, y la afectiva, que no requiere ésta. Con el tiempo añadió una tercera: conducir el magnetismo sexual.
La continencia masculina es necesaria por dos motivos: uno, para impedir los embarazos no deseados; dos, porque al eyacular, el hombre pierde vitalidad, malgasta su fluido seminal y perjudica su relación de pareja porque la eyaculación es un final abrupto que distancia del otro.
la técnica de Noyes
Controlar el orgasmo era relativamente sencillo. La clave principal era inhibir los impulsos sexuales antes de que sobrepasaran la fase meseta puesto que una vez sobrepasada, contener el orgasmo era perjudicial para el hombre porque su pene está hinchado y las venas repletas de sangre.
Si se inhibe el deseo sexual antes del momento cumbre de la fase meseta, el hombre no eyaculará, pero no será algo perjudicial ni frustrante para él sino agradable, puesto que habrá regresado al punto normal de no excitación de una manera gradual, armoniosa y amorosa con su pareja.
Cuando el hombre esté en el interior de la mujer, los movimientos deberán ser suaves, pausados, casi imperceptibles, no friccionales, sintiendo la unión con el otro y la vibración del magnetismo. Cuando advierta que se acerca peligrosamente a un momento álgido de la fase meseta, debe quedarse inmóvil dentro de ella, relajado y amoroso, hasta que el pene pierda la erección de una manera natural. Esa es la diferencia clave con la marcha atrás o el onanismo.
Beneficios del método Noyes
Noyes era un hombre complejo que afirmaba que mantenía una relación especial con Dios que le permitía cancelar toda obediencia hacia las normas morales tradicionales o las leyes humanas, obedeciendo sólo a sus impulsos e intuición.
Se declaró perfecto y libre de pecado y fundó la Comunidad Oneida en la que se seguían sus propias leyes morales y esta técnica sexual. Durante 30 años, 250 discípulos practicaron este método de control de nacimientos, anotando sus efectos para la salud, su vitalización, el tipo de niños nacidos, etc.
Según los miembros de Oneida, el método resultó ser muy positivo en todos los aspectos: no hubo ningún embarazo no deseado; no nació ningún bebé con problemas físicos ni psíquicos; los partos no fueron dolorosos, ninguna mujer falleció durante uno y todas presentaban una excelente salud ginecológica.
Renovación del cuerpo
Según los creadores del método original, su práctica regular impedirá los embarazos no deseados, renovará la vitalidad juvenil, retardará el proceso de envejecimiento y reforzará el vínculo afectivo de la pareja.
El contacto de la piel y la unión de los cuerpos proporcionan un intercambio de dos clases de magnetismo vital, los cuales, en equilibrio, constituyen el perfecto balance de la vitalidad. Los organismos unicelulares, como el paramecium al envejecer, se renuevan por medio de una unión entre dos, durante la cual hay un mutuo intercambio de sustancias de los cuerpos de uno al otro.
Ésto pasaría entre los amantes mediante el intercambio de magnetismo sexual y el bienestar general que se experimenta por los efectos vitalizantes en las glándulas endocrinas. Éstas producirían una mayor cantidad de hormonas que vitalizarían todos los tejidos del cuerpo, incluyendo, claro está, el cerebro. Este magnetismo irradia de todas las partes del cuerpo, sólo que los órganos sexuales sirven para conducir el magnetismo sexual.
Método anticonceptivo
El doctor Van der Warker autor de Un estudio Ginecológico de la Comunidad Oneida, afirmó: «Como ginecólogo puedo asegurar que la única forma de preservar las preñeces es la continencia masculina porque envolvió la inhibición de un descargue seminal durante un coito largo y tranquilo.
Ni sería preciso comprobarlo porque las cifras exactas son una prueba concluyente de la eficacia de este método especial». Una afirmación que fue tachada de ingenua por otros médicos pues Van der Warker confió ciegamente en los datos suministrados por los miembros de la comunidad.
Por no hablar de afirmaciones de otros médicos de dudosa fiabilidad:«Había yo estudiado los efectos de los padecimientos uterinos, en el aspecto físico de tal forma que me bastaba ver el semblante de la paciente para determinar el estado patológico inmediatamente: y me alegré sobremanera al no encontrar ninguna de esas señales en las mujeres de la Oneida.»
A pesar de que Noyes tuvo que huir para evitar una condena por estupro, la técnica de la continencia masculina tuvo numerosos adeptos que continúan practicándola hoy en día aunque, eso sí, matizada y perfeccionada.
J. William Lloyd
Un amigo de Noyes perfeccionó sus técnicas convencido de que «La primera religión del hombre estuvo basada en la sexualidad y sólo por medio de ella podemos reencontrar nuestro verdadero origen».
Su método, contenido en su libro El método Karezza o Magnetización, el Arte del Amor Connubial publicado en 1931 (posterior, por tanto, al libro de la doctora Alice Bunker Stockham del que hablaremos en la segunda entrega) considera que el sexo es una verdadera fiesta amorosa interrumpida abruptamente por el orgasmo, que mata todo deseo de acercamiento a la mujer. El hombre, apasionado segundos antes, eyacula y se aparta de ella, a quien le duele esta indiferencia.
Para Lloyd, la eyaculación es «un fuego de artificio interrumpido por la inhabilidad del artificiero que hace explotar de una vez todos los cohetes. Eyacular mata con frecuencia el amor verdadero e impide su sublimación».
Para evitar ésto, los amantes deben evitar los movimientos rápidos, rítmicos, prolongados y sustituirlos por otros más amplios, relajados, ondulantes. Si perciben que la excitación crece deben parar, sentirse el uno al otro y dejarlo ahí o continuar cuando la excitación haya disminuido.
Magnetismo sexual
Lloyd compartía con Noyes la idea de magnetismo sexual (que se parece bastante al concepto de energía o chi así como a los principios del Reiki) y dio una serie de consejos para reconocerla y canalizarla. «Con frecuencia es el hombre, artista del contacto, el que es activo, mientras la mujer es pasiva como el imán que atrae. Por eso el hombre que quiere tener éxito con el método Karezza debe ejercitarse en el arte de las caricias y los contactos magnéticos. Debe considerarse parecido a una pila eléctrica: su mano derecha el el polo negativo y su mano izquierda el positivo. Cuando sus manos entran en contacto con un ser humano receptivo, se engendra y se pone en circulación una corriente eléctrica. Debe sentir esa corriente eléctrica correr desde su lado izquierdo hasta el lado derecho de la mujer, y conseguir que obedezca a su voluntad para dirigirla. Si la toca con una sola mano, sentirá reaccionar esa parte del cuerpo de la mujer bajo la influencia de su magnetismo».
«Además, si adquiere el domino de esa corriente, podrá enviarla a las partes del cuerpo o a los centros del ser amado que él desea cambiar, excitar o calmar magnéticamente».
Lloyd aclaraba que tampoco era necesario dominar estas técnicas de aplicación del magnetismo o energía, simplemente abriendo la mente y dejándose llevar de manera intuitiva, la relación sexual y la salud física mejorarían, pues este método «mantiene el amor y confiere confianza gozosa, belleza y juventud hasta una edad muy avanzada».
«Por eso hay que aprender a tocar a la amada de tal modo que esa corriente de electricidad vital recorra su cuerpo con un estremecimiento extático, mientras que la libera de su propia energía acumulada. Del mismo modo la mujer engendra fuerzas magnéticas que podrá dejar desbordar en el hombre, satisfaciéndolo tan plenamente que todo sentimiento de pérdida será eliminado y se obtendrá la felicidad. El aflujo y el intercambio de estas energías conduce a un equilibrio total y a un reposo benéfico».
«En el experto en el arte de amor, ese magnetismo emana de la punta de los dedos, de las palmas de las manos, irradia por los ojos, surge de su voz y puede trasmitirse a través de cualquier parte del cuerpo del uno o del otro, incluso mediante el aura, de una manera invisible y sin contacto físico».
«Cuando el método Karezza es practicado con éxito, los órganos genitales quedan tan apaciguados, tan desmagnetizados como después de una eyaculación. Mientras del cuerpo de los amantes emana una fuerza maravillosa y una alegría consciente, éstos reposan en una dulce satisfacción, como después de un juego feliz. Todo su ser irradia goce amoroso y romántico, está invadido peor un sentimiento de salud, de pureza, de vitalidad. Quedamos colmados de bienestar y de gratitud, como después de un festín bendito».
La fiesta termina
Sin embargo, tras la eyaculación, «pasados los primeros instantes de distensión agradable, acompañado de una sensación de liberación, sigue inmediatamente el sentimiento de haber sufrido una pérdida, de haberse debilitado: la maravillosa visión de sueño se ha disipado, el hombre se ha desilusionado. Por cierto que ha vivido su breve instante de pasión, pero muy fugaz, parecido a una crisis epiléptica, que no deja ningún recuerdo, ninguna huella.
Las luces se extinguen, la música cesa, la fiesta termina antes de haber comenzado realmente. A veces la debilidad subsiguiente es tal que provoca palidez, vértigos, perturbaciones digestivas, irritación, decepción, incluso vergüenza, hasta rencor. Es verdad para el hombre, y también para la mujer, decepcionada por el fin abrupto de una maravillosa experiencia. En la mayoría de los casos, cansado, indiferente, el hombre se duerme. El ardor amoroso ha desaparecido. Con el método Karezza todo es diferente».
“Love Somebody” – Maroon 5
5 comentarios
Este metodo es ancestral desde miles de años
El tantrismo tuvo su origen en este metodo milenario
[…] Primera parte en El método Karezza I: Orígenes […]
Pensando que en ese tiempo las relaciones sexuales sólo eran para traer descendencia al mundo y rapidíto no fuera a ser que se disfrutara del sexo, entiendo que este método, del que nunca había oído hablar, fuese toda una revolución, hasta el punto de fundar una comunidad.
Leyendo SEXOLOGICOS te das cuenta de lo pez que estamos en sexualidad, por eso me gusta esta revista.
Muy interesante la técnica del método Karezza, el tántra occidental, y el video de Maroon 5 muy sensual……
Fantástico el método Karezza, sobre todo por lo anticipado a su tiempo.