Siempre había fantaseado con la idea de ver a dos personas mientras mantenían
relaciones sexuales. No en el sentido de pagar para que otros lo hicieran a sabiendas
de que alguien les mira, sino más bien, en espiar. Sentir que lo que estaba haciendo
era algo prohibido. Era una idea que me excitaba y que estaba convirtiéndose en una
obsesión. La cuestión era cómo conseguir llevar a cabo ese sórdido deseo…
Comencé una búsqueda desesperada por las redes. Quizá podría encontrar una página
o un foro en el que alguien me diera una pista de dónde conseguir lo que tan
ansiosamente anhelaba mi cabeza, o mejor dicho, mi entrepierna.
Y como no podía ser de otra forma, en los tiempos que corren, encontré un enlace en
el que ciertos tipos de parejas daban datos sobre sus encuentros sexuales en lugares
públicos para ser observados. Me pareció interesante y morboso participar en un
juego como ese y, ni que decir tiene, decidí probar.
Estaba nerviosa, lo reconozco, a la vez que excitada. Apunté la cita en mi agenda y me
dirigí hasta allí en el día y la hora señalados en la web.
Cuando llegué al punto exacto me quedé sorprendida porque no era yo la única
espectadora de aquella función. Había al menos seis personas más, de diferentes
edades, todo hombres, que me escanearon minuciosamente mientras me acercaba. La
imagen era poco menos que dantesca. Todos y cada uno de los varones allí presentes
tenía una de sus manos ocupada en el interior de su bragueta.
¡Qué hacía yo allí! Había ido, así que lo que ahora tenía que hacer era abstraerme y
llevar a término el cumplimiento de mi fantasía…
Busqué un lugar adecuado con amplia visibilidad y comencé a “disfrutar” del
espectáculo.
No. No fue lo que esperaba ni lo que buscaba. Se trataba más bien de una película
porno de bajo presupuesto, con unos protagonistas sobre actuados que no provocaron
en mi la más mínima reacción. Decepción, vergüenza, angustia… es lo que sentía. Las
lágrimas empezaron a asomar, más por rabia que por tristeza. Me tapé la cara con
ambas manos y con un gesto de absoluta reprobación salí de allí huyendo sin querer
ver nada más.
Durante un largo espacio de tiempo di vueltas sin rumbo, pensando en lo estúpida que
había sido prestándome a hacer algo así. Cansada de vagar y divagar, pasé por un
parque y decidí sentarme en un banco. De pronto, escuché unas risas que provenían
de entre unos arbustos detrás de mí. Las risas se mezclaban con susurros y suspiros.
Permanecí muy callada y me animé a averiguar lo que estaba ocurriendo. Me oculté
entre las ramas y vi a una pareja joven, con aspecto inocente, dispuestos a pasar un
buen rato.
He de admitir que me coloqué lo mejor posible para poder admirar el espectáculo que,
esta vez, sí que prometía. Empezaba a excitarme de nuevo, podía notar mis pezones
duros y mis braguitas ya bastante húmedas.
Ella era rubia, no muy alta, delgada, y llevaba puesto un bonito vestido azul de
tirantes. Él, un poco más alto, no mucho más, rubio también. Por lo que
detenidamente pude observar, había algo que crecía de forma incipiente dentro de su
pantalón.
Comenzaron con besos, unos besos muy tiernos y repartidos por todos los rincones de
ambos rostros. La ternura fue dando paso al deseo. El chico empezó a bajar con sus
labios húmedos por el cuello de la chica. Ella dejó escapar un gemido que excitó
todavía más al muchacho. Los pezones de ella se marcaban en la fina tela de su
vestido, lógicamente no llevaba sujetador. El puso sus manos sobre los pechos de ella y
comenzó a hacer círculos sugerentes con los pulgares alrededor de lo que, a esas
alturas, ya eran diamantes aristados.
Sus cuerpos se acercaron más, se frotaban, y los movimientos desacompasados por la
emoción y la sinrazón del momento, eran cada vez más salvajes. Creo que hasta yo
misma emulé inconscientemente alguno de ellos….
Se tumbaron en el suelo haciendo caso omiso de lo incómodo del lugar. Primero ella se
puso debajo de su amante y él metió su mano por el vestido accediendo rápidamente
a su ropa interior. Ella echó la cabeza hacia atrás y se mordió el labio inferior cuando él
introdujo sus dedos en su interior y acercó su lengua para lamer su sexo. Los gemidos y
los jadeos se hicieron más intensos. Ella se retorcía de placer mientras intentaba
articular palabras que finalmente no emergían al exterior.
En una maniobra torpe y acelerada, se dieron la vuelta y ella se colocó sobre él,
visiblemente sofocada, se deslizó hasta la cintura del chico y hábilmente agarró su
pene con fuerza, se lo llevó hasta la boca, de forma lenta y sensual, lo lamió
suavemente sin apartar la mirada de los ojos de su pareja. Una y otra vez, pasaba la
lengua por su humedad.
Ambos estaban enloquecidos… De pronto, en un ataque de éxtasis, la chica colocó el
duro pene en su húmeda abertura, y lenta y pausadamente, él la penetró. Creo que
aquel chico de aspecto inocente enloqueció por su posesión.
Una y otra vez la volvió a penetrar mientras ella cabalgaba cual jinete, incitándolo a
que continuara y arqueando las caderas cada vez más. De repente pararon, él sacó su
duro pene de ella y , dándole la vuelta la puso de rodillas y la cogió de la cintura.
Con exigencia, pasó su mano por debajo del cuerpo de la chica para inmovilizarla y
tumbándose sobre ella le besó la espalda mientras la penetraba sin descanso,
acariciándole la nuca, intentando llevarla hasta el clímax absoluto.
Y así fue que ambos acabaron fundiéndose en un orgasmo brutal que sacudió sus
cuerpos e incluso llegó a sacudirme a mí. Él se salió de ella y la besó con ternura en la
mejilla. Yo rápidamente me aparte por temor a ser vista, aunque me hubiese quedado
contemplando esa escena hasta que ellos también desaparecieran…
Arancha García ©
“Vuelvo a verte” – Malú
12 comentarios
¡¡¡Diamantes aristados¡¡¡¡ Impresionante. Como ha transformado la autora de un plumazo una historia sórdida en un excitación limpia y juvenil. Perfecto giro. Enhorabuena. Un nuevo acierto de Arancha García¡¡¡
Muy bueno, me ha gustado, muy excitante. Esperamos el siguiente
Muy sensual, lo de mirar es la leche de erótico, aunque muchos lo niegen. Enhorabuena a la autora
Me ha encantado este relato y la revista es total.
Que chulo y pone mogollón, que es de lo que se trata.
Muy erótico, me ha gustado mucho. Queremos más
De nuevo buen relato…Impaciente por el siguiente.
Me siento identificada. Entra dentro de las fantasías sexuales que pueden hacerse realidad. Yo desde luego me excito mucho solo con pensarlo.
La exitación de mirar en un relato muy logrado
El rollo voyeur que tanto pone. Muy bueno
Muy sugerente y erótico. Felicidades por un relato tan bueno
Me encanta, muy bueno