Al ser humano le practicar sexo; por eso, no es de extrañar que desde que comenzó a caminar a dos patas el homo “erectus” empleara gran parte de su tiempo en inventar pociones y ungüentos para levantar ésto, calentar aquello y prolongar la duración del arrejuntamiento de las dos cosas.
Por desgracia, algunas recetas no han llegado hasta nuestros días como, por ejemplo, el famoso Satirión (del dios sátiro que permitía los excesos sexuales) que se sacaba de una variedad de orquídea con bulbos en forma de testículos humanos, y que logró que Hércules fuera capaz de desflorar a quince (otras fuentes dicen 50) mujeres en una sola noche.
Otras sí, por desgracia en este caso, como la infame receta que compartimos el otro día en Afrodisíacos para morirse, un claro ejemplo de que al hombre no le importa arriesgar su vida con tal de que se le ponga el pene erecto.
El Yohimbe
Éste es otro de esos afrodisíacos con los que hay que andar con cuidado. El Yohimbe es un árbol originario del Zaire cuya corteza contiene una sustancia conocida como yohimbina que se utiliza para elaborar algunos fármacos y sustancias naturistas ya que es eficaz para elevar el rendimiento deportivo en atletas, perder peso, combatir el agotamiento, tratar la presión arterial, la diabetes y… calentar motores.
Esta sustancia aumenta el flujo sanguíneo y vigoriza los impulsos nerviosos en el pene y la vagina, por eso es muy eficaz para tratar problemas sexuales como la disfunción eréctil, la inhibición sexual que provocan los antidepresivos o, simplemente, ponerte a tono como un toro bravo estimulado por un mamporrero.
Pero toda cara tiene su cruz y una dosis inadecuada de yohimbina puede provocar insuficiencia renal, convulsiones y ataques al corazón. Por eso sólo se debe tomar con prescripción médica y por poco tiempo. Y aún en el caso de conseguir la prescripción, es preferible utilizar otros estimulantes sexuales naturales ya que la dosis correcta también presenta reacciones: Malestar estomacal, ansiedad, hipertensión arterial, temblores, insomnio, vértigo, erupciones cutáneas, babeo, dolor de los senos nasales, dolor de cabeza, ganas frecuentes de orinar, hinchazón, náuseas y vómitos.
Esta sustancia puede afectar gravemente al corazón y provocar reacciones agresivas en éste y la presión sanguínea si se consumen medicamentos antidepresivos tricíclicos. Está contraindicado en menores, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, personas con problemas de tensión, riñón, hígado, diabetes; así como los que presenten problemas del sistema nervioso como ansiedad, bipolaridad, depresión, esquizofrenia, crisis nerviosas, etc.
Duro precio a pagar para que se te ponga dura, amigo.
3 comentarios
Como siempre interesantísimo y muy completo,
Como siempre interesantísimo!!
[…] Fuente: Sexologicos […]