Cómo matar a una mujer de placer durante la penetración
El hombre pisó la luna y planea pisar Marte, pero todavía no conoce los secretos de Venus. Hay innumerables mitos en torno a la sexualidad femenina que hacen mucho daño, impidiendo que la mujer disfrute con plenitud del sexo.
Hasta hace poco el clítoris era un botón diminuto; la eyaculación femenina, un mito urbano; el Punto G la elucubración de un ginecólogo alemán pirado y el orgasmo vaginal imposible: sólo existía el clitoridiano.
A eso le añadimos el pensamiento machista que estigmatizó a generaciones enteras de mujeres a las que se consideraba frígidas si no llegaban al orgasmo (cosa que era demasiado frecuente, por otro lado).
Considero que el sexo no debe centrarse en tener o no un orgasmo sino en disfrutar del placer del encuentro y de las caricias, sensaciones y emociones que produce. Eso no quita que de vez en cuando a una le apetezca estremecerse sintiendo una petite mort y no un leve desmayo.
Por ello daré una serie de consejos sobre técnicas para matarla de gusto cada vez que practique el sexo aunque luego renazca como un Fénix, sonriente y relajada.
¿Todo el mundo tiene bolígrafo y papel?: empezamos.
Posturas que estimulan el Punto G y el clítoris a la vez
Estas posturas estimularán el Punto G por la posición de los cuerpos y el clítoris por la fricción que se produce durante la penetración. De todos modos, en la mayoría de las posturas, aunque no haya esa fricción, el hombre puede masturbar el clítoris con los dedos mientras la penetra, intensificando el placer:
1º – Tumbada de espaldas en el borde de la cama con las piernas en alto formando una L, los pies apoyados en los hombros de él o en su pecho; él la penetra arrodillado.
2º – Sentados frente a frente sobre la cama con las piernas estiradas, ella sentada sobre él, se mueven girando la pelvis, cada uno en el sentido contrario al otro, impulsándose con los brazos que están apoyados en la cama a su espalda.
Posturas que estimulan el clítoris
La postura del misionero. Tiene mala fama, pero hay una manera de practicarla que estimulará el clítoris ya que si la mujer se coloca un cojín bajo la pelvis, éste sobresaldrá y el hombre podrá estimularlo con el roce de su pene o pubis siempre que escoja el movimiento adecuado.
Las variaciones de esta postura son también válidas, sobre todo si la mujer eleva la pelvis (con un cojín o manteniéndose con la fuerza de sus piernas) y mueve la cadera de modo ondulante para estimular el clítoris con el cuerpo de él.
Tumbada sobre él, las piernas a ambos lados (ya sean estiradas, ya dobladas) la mujer se mueve a su antojo frotando su clítoris contra el cuerpo del hombre.
Posturas que estimulan el Punto G
Tumbada de espaldas con las piernas sobre los hombros de él. Todas las variantes de esta postura son muy intensas, ya mantenga las piernas en perfecta L, ya apoye los muslos contra su propio pecho. La más placentera es aquella en la que ella apoya sus pies en el pecho de él (puede aprovechar para mordisquearlos o chuparlos).
Ella sentada sobre él, se echa para atrás y se apoya en los codos.
En la posición lavabo el hombre está de pie y ella sentada con el sexo más alto que la base del pene de él.
Ella en cuclillas o sentada sobre él, cara a cara, se echa hacia atrás todo lo que pueda (y todo lo que pueda aguantar el hombre ya que su pene se curvará hacia delante)
La mayoría de las posturas en las que él penetra por la espalda son buenas para estimular el punto G, especialmente aquella en la que ella está sentada en cuclillas sobre él y se inclina hacia delante todo lo que pueda (ésta postura admite variaciones interesantes con las piernas estiradas).
Ella boca abajo, él la penetra de espaldas, sentado o acostado sobre ella.
Ella de rodillas, él a su espalda de rodillas, la penetra por detrás.
Posturas muy profundas
Estas posturas permitirán que penetres hasta el fondo de la vagina, una zona muy sensible al placer; pero no es recomendable para los hombres que tengan un pene grande ya que pueden lastimar a su pareja. En todas ellas, la penetración será todavía más profunda si el que está debajo del otro eleva su pelvis colocándose un cojín debajo del culo.
La mujer tumbada sobre su espalda
1º – Ella con los pies sobre los hombros de él; él tumbado con la espalda arqueada hacia atrás.
2º – Tendida de espaldas, piernas cruzadas sobre la espalda del hombre, él tendido sobre ella. Ésta es una de las posturas más profundas y satisfactorias para una mujer ya que puede pegarse al cuerpo de él y seguir todos los movimientos. Si además contrae la vagina y se mueve ondulando la pelvis, el orgasmo puede ser muy intenso para ambos.
La mujer boca abajo, debajo del hombre
1º – Ella con las rodillas dobladas bajo su cuerpo; el hombre arrodillado la penetra por detrás.
2º – Ella con la cabeza apoyada en los brazos que descansan en un cojín; el hombre arrodillado la penetra por detrás.
La mujer sentada, en cuclillas o tendida sobre el hombre, de espaldas a él
1º – Mujer arrodillada sobre el hombre, el torso recto, deja caer todo su peso sobre el miembro.
2º – Mujer en cuclillas encima del hombre tendido, sus piernas a cada lado de las caderas de él, el torso recto, cabalga de frente o espaldas.
La mujer de rodillas, en cuclillas o tendida sobre el hombre, de cara a él
Ésta es la postura en la que la mujer tiene el dominio total de sus movimientos ya que puede cabalgar descargando todo su peso sobre él (sobre todo si está en cuclillas, ya que también controlará el ritmo) o balanceándose mientras aprisiona la cadera del hombre con los muslos. Puede ayudarse bien agarrándose al cuello de él, bien al cabecero de la cama, bien arqueando la espalda hacia atrás mientras se impulsa con las manos apoyadas en las piernas de él o en la cama. El hombre puede contribuir moviendo la pelvis hacia arriba, aunque si lo hace puede romper el ritmo de ella.
Posturas de lado
Tumbados de lado, ella descansa sobre su costado derecho, con la pierna derecha por debajo del cuello de él y la izquierda por encima mientras se sujeta de los tobillos. Él tiene la cabeza apoyada en la pierna derecha de ella y la penetra por detrás, abrazado a sus caderas y con las piernas dobladas.
Sentados
1º – Sentados frente a frente, las piernas cruzadas de él la rodean y las de ella le rodean a él. Ésta postura es muy profunda y también muy íntima, ya que los dos se abrazan y sienten totalmente el pecho del otro. Es ideal para realizarla despacio con movimientos ondulatorios.
2º – Sentados frente a frente, con las piernas dobladas y los pies apoyados en la cama, el cuerpo arqueado hacia atrás cargando parte del peso en los brazos estirados a la espalda. Hay que tener cuidado con esta postura ya que si la mujer se arquea demasiado puede lastimar el pene.
3º – Sentados frente a frente, ella descansa las piernas en los hombros de él; él tiene dobladas las suyas a cada lado de ella.
De pie
1º – Ella se agarra a los hombros o espalda de él, entrelaza las piernas en su cadera y él la sostiene en vilo agarrándola por la cintura o por debajo del culo.
2º- La misma postura pero de espaldas; ella se apoya con los brazos en un respaldo.
Penetración anal
El ano puede proporcionar un fuerte orgasmo a la mujer ya sea penetrando con el pene ya sea con los dedos durante la penetración vaginal. Es necesario lubricarlo y penetrarlo poco a poco hasta que esté convenientemente dilatado. Las posturas que favorecen esta penetración son aquellas en las que las piernas están relajadas.
Contracciones de la vagina
La mujer puede intensificar el placer de él y el suyo propio contrayendo la vagina durante la penetración ya que aumenta la presión del pene y a su vez se siente con más intensidad el roce de éste. Hay posturas que favorecen la contracción vaginal (aquellas en las que la mujer está tumbada o sentada) pero con un buen entrenamiento puede llegar a contraerla en cualquier postura.
Conseguirá un potente orgasmo contrayéndola en un momento cumbre de excitación (esto favorece que él también se excite pudiendo llegar a correrse casi a la vez). La mejor postura para conseguirlo es la siguiente: tumbada de espaldas, las piernas sobre los hombros del hombre, un cojín bajo las caderas, ella contrae la vagina rítmicamente hasta que desee correrse; entonces, debe tensar los músculos vaginales, cerrar los ojos, centrarse en el placer y dejarse llevar.
Movimientos
Para favorecer el orgasmo de la mujer es conveniente combinar distintos movimientos ya que cada uno estimula una zona; alternándolos con destreza tendrá orgasmos muy profundos. Podemos hacer la siguiente clasificación:
1º – Movimiento amplio: el pene sale casi completamente de la vagina y retorna penetrando hasta el fondo. Éste movimiento admite dos variantes: con suavidad o con una fuerte embestida de manera que choquen los vientres; ésta variante puede ser muy placentera ya que el pubis es muy sensible al rozamiento y el impacto intensificará las sensaciones.
2º – Movimientos que estimulan la entrada de la vagina:
Movimientos cortos y rápidos, sólo entra la cabeza del pene.
Movimiento circular: el hombre (o la mujer) mueven el pene con la mano trazando círculos en la entrada de la vagina. Éste movimiento puede alternarse con la masturbación del clítoris con el glande.
3º – Movimientos verticales y horizontales: la mujer mueve la pelvis de izquierda a derecha, de adelante hacia atrás o el hombre mueve el pene en las mismas direcciones.
4º – Movimientos ondulatorios:
Los dos están estrechamente abrazados, los ojos cerrados, el hombre totalmente inmóvil. La mujer contrae la vagina y ondula el cuerpo suavemente y muy despacio, para aumentar la profundidad de la penetración y el placer.
La mujer está sobre el hombre y mueve el cuerpo en círculos como si fuera una serpiente.
El hombre penetra con suavidad y luego empuja con fuerza ondulando las caderas; se retira con un movimiento amplio y repite los movimientos de nuevo. La mujer puede hacer lo mismo pero moviendo la pelvis de izquierda a derecha.
Ritmos
Combinar distintos ritmos aumenta el placer. También pueden utilizarse para evitar el orgasmo así como para provocarlo cuando se desee. La clave está en alternar ritmos fuertes con otros más suaves, embestidas profundas con otras superficiales, movimientos circulares con otros amplios, uno moviéndose en círculos el otro de adelante a atrás, uno con movimientos amplios y el otro con movimientos cortos y rápidos…
Como con todos los consejos de este artículo, éste tampoco hay que tomarlo como un manual de instrucciones que seguir a rajatabla: hay que dejarse llevar; compenetrarse con el otro, intuir lo que le está excitando o enfriando. El sexo no se reduce a la zona genital y a la penetración, la mujer (y el hombre) son un todo que descubrir, una piel surcada por un mapa de terminaciones nerviosas.
Penétrala y estimula a la vez otras zonas erógenas: tira suavemente de su cabello, muerde su cuello, lame su nuca, aprieta sus pezones, susúrrale al oído … Baila.
Como dice Régine Dumay: “El sexo debe ser una danza” : baila con pasión; el orgasmo será terriblemente intenso, pero el placer de bailar hará que eso sea lo de menos.
“Samba pa ti” – Carlos Santana
6 comentarios
Podrian tratar el tema de la disfunción eréctil?
Que pasa cuando llegas a los 50s. Por que el hombre puede afectarse? Será que la mujer en turno no lo excita o que hay mas alla? Que pasa cuando el hombre se niega a ser atendido por un profesional y se empeña en decir que no entiende que le pasa hasta el punto de creer que le hicieron brujería. Gracias.
te amo fabiola lourdes marcano de pabon
[…] en primer lugar, el tópico de que las mujeres no sentimos placer en el ano. Como os explicamos en Cómo matar a una mujer de placer durante la penetración y en El sexo anal en las parejas heterosexuales, según estudios de la Universidad de Harvard, las […]
Que guai…..hay que trabajar mejor, eso está claro
Eso es todo el mundo a tomar nota, porque aquí esta todo lo que debemos saber para funcionar a toda máquina !!
Completísima esta técnica, y no digamos lo alucinante de acompañarla a ritmo de Santana…